lunes, 18 de junio de 2018

¿QUÉ ES PRODUCCIÓN MÁS LIMPIA?

"La Producción más Limpia es una estrategia ambiental preventiva integrada que se aplica a los procesos, productos y servicios a fin de aumentar la eficiencia y reducir los riesgos para los seres humanos y el ambiente”





Aplicación:

La Producción más Limpia puede aplicarse a cualquier proceso, producto o servicios, y contempla desde simples cambios en los procedimientos operacionales de fácil e inmediata ejecución, hasta cambios mayores, que impliquen la sustitución de materias primas, insumos o líneas de producción por otras más eficientes.

En cuanto a los procesos, la Producción más Limpia incluye la conservación de las materias primas, el agua y la energía, la reducción de las materias primas tóxicas (toxicidad y cantidad), emisiones y de residuos, que van al agua, a la atmósfera y al entorno.

En cuanto a los productos, la estrategia tiene por objeto reducir todos los impactos durante el ciclo de vida del producto desde la extracción de las materias primas hasta el residuo final; promoviendo diseños amigables acordes a las necesidades de los futuros mercados.

La Producción más Limpia requiere modificar actitudes, desarrollar una gestión ambiental responsable, crear las políticas nacionales convenientes y evaluar las opciones tecnológicas.


Las técnicas de Producción más Limpia son:
  • Mejoras en el proceso
  • Buenas Prácticas Operativas
  • Mantenimiento de equipos
  • Reutilización y reciclaje
  • Cambios en la materia prima
  • Cambios de tecnología.

Beneficios:


  • Con la Producción más Limpia, las empresas lograrán:
  • Posicionarse competitiva mente en el mercado nacional e internacional de cara a los tratados de libre comercio.
  • Responder a las tendencias internacionales que emergen en cuanto a normas y estándares ambientales.
  • Influir en el desempeño ambiental de las empresas nacionales.
  • Contribuir al cumplimiento de la legislación ambiental vigente.
  • Generar el consumo y la demanda de productos elaborados con enfoque de Producción más Limpia.



Principios de la Producción mas limpia:


El principio de precaución: La precaución no es simplemente cuestión de evitar situaciones legalmente perjudiciales, sino también el asegurarse que los trabajadores están protegidos contra problemas de salud irreversibles y que la planta está protegida de daños irreversibles. El principio de precaución señala la reducción de agentes antropogénicos en el ambiente, y esto implica esencialmente un rediseño sustancial obligatorio del sistema industrial de producción y consumo, que depende hasta ahora de un fuerte procesamiento de materiales.

El principio de prevención: La prevención es igualmente importante, especialmente en aquellos casos en que se conoce el daño que puede causar un producto o proceso. El principio preventivo indica la búsqueda adelantada de cambios en la cadena de producción y consumo. La naturaleza preventiva de la Producción Más Limpia exige que la nueva solución reconsidere el diseño del producto, la demanda del consumidor, los patrones de consumo de materiales, y ciertamente la base material completa de su actividad económica.

El principio de integración: La integración implica la adopción de una visión holística del ciclo de producción, y un método para introducir tal idea es el análisis de ciclo de vida. Una de las dificultades con la solución preventiva es la integración de medidas de protección ambiental a través de fronteras sistémicas. La regulación tradicional de extremo del tubo generalmente se aplica hasta un punto específico en que rigen medidas de procesos integrados para la reducción de contaminantes. Al reducir la necesidad de emisiones de tales sustancias en el ambiente, estas medidas entonces brindan una protección integrada a todo el medio ambiente.


1. Definición del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), 1992.

Lo que se conoce como responsabilidad social ambiental no es otra cosa que una serie de acciones y esfuerzos que llevan a cabo las empresas para compatibilizar sus actividades comerciales y corporativas con la preservación del medio ambiente y de los entornos en los que operan. ¿Habías oído antes este término?
Esto se debe a que la preocupación por el medio ambiente se ha convertido en uno de los puntos estratégicos de muchas empresas en la actualidad. Y es que si no cuidamos el planeta, las consecuencias pueden ser devastadoras. 
Por eso, resulta fundamental concienciarnos y concienciar a los que nos rodean de la importancia de los pequeños gestos y acciones cotidianas, los cuales, pese a que en apariencia pasan desapercibidos, a largo plazo adquieren un papel importante.
En nuestras manos está aplicar y enseñar a las siguientes generaciones a reciclar, a utilizar menos papel, a llevar bolsas de tela al supermercado, entre otras acciones, pues nuestro ejemplo es sin duda la mejor referencia.
Y si estas buenas prácticas las trasladamos al sector empresarial, nos encontramos con las políticas de responsabilidad social ambiental, que son su manual de actuación para cuidar el planeta.
Aspectos de la responsabilidad social ambiental
La responsabilidad social ambiental también puede entenderse como el compromiso que adquieren las compañías para preservar y cuidar el medio ambiente. El objetivo es evaluar todos los recursos naturales que la empresa utiliza para la creación de sus productos o servicios,por ejemplo el agua, la energía eléctrica o las materias primas que se utilizan para el embalaje, entre otros.
De hecho, el interés de las empresas por el medio ambiente está muy relacionado con las demandas de los consumidores. Cada vez es más común que sus clientes sean personas con “conciencia ambiental”, es decir, que tienen un estilo de vida en el que se preocupan por el medio ambiente y al realizar sus compras cotidianas exigen que los productos o los servicios que requieren se acoplen a su forma de pensar y de vivir.  
En marcha el “marketing ecológico”
Si estás leyendo este post es probable que a la hora de decidirte a comprar un producto sea importante para ti que su fabricación cumpla ciertos requisitos de respeto por el medio ambiente.
Quizás hayas oído hablar del “marketing ecológico” o “marketing verde”, que nace, precisamente, derivado de esta nueva corriente de consumidores “verdes”. Las compañías ponen en marcha las estrategias de marketing ecológico de dos maneras diferentes. Una de ellas se centra en el área comercial y empresarial y hace referencia a los procesos de creación de los productos.
La finalidad es poner en marcha las medidas oportunas para no dañar al medio ambiente y comercializar un producto o un servicio final que no cree ningún tipo de contaminación, que no genere desperdicios y que se haya creado optimizando recursos.
La otra estrategia del marketing ecológico se centra en el área social, es decir, se promueven iniciativas para concienciar a su personal interno y a sus clientes externos de la necesidad de proteger y cuidar el medio ambiente.
IKEA, uno de los ejemplos de responsabilidad social ambiental
Una de las empresas que en la actualidad más se asocia al concepto de responsabilidad social ambiental es la multinacional IKEA. De hecho, la empresa sueca lleva muchos años comprometida con estrategias sostenibles.
La responsable de sostenibilidad de IKEA Ibérica, Mercedes Gutiérrez, ha explicado que aprovechan la sostenibilidad para “innovar, transformar nuestro negocio, mejorar las inversiones y descubrir nuevas oportunidades comerciales”. Los resultados de esta estrategia hablan por sí solos: la empresa vendió 46,9 millones de euros en 2013 en soluciones sostenibles para el hogar.
La clave, según apunta Gutiérrez, reside en “romper el mito de que la sostenibilidad es un lujo”. De hecho, se calcula que en todo el mundo los clientes de IKEA compraron 12 millones de bombillas led que ayudaron, en su conjunto, a ahorrar 86 millones de euros en sus recibos de electricidad.
Pero la multinacional sueca no es la única empresa con una estrategia de marketing ecológico. Existen otras igualmente exitosas en este aspecto, por ejemplo la compañía estadounidense Envión, la francesa CitiGreen, la marca californiana de tejados Seglet, los mercados comunitarios de StorkBrokers, entre otras.
Así pues, conseguir un mundo más sostenible y más cuidado es tarea de todos. Cada uno en la medida de nuestras posibilidades y de nuestra responsabilidad, empezando por nuestra vida cotidiana y contagiando el respeto por el medioambiente. Y siempre con un fin y un objetivo común: trabajar para dejar un planeta verde y saludable a los que vienen tras nosotros.
los valores ambientales o como también se le conoce, la educación ambiental, no es un área del saber como tal, pues no hay definiciones específicas que se le acrediten, sólo conceptos relacionados al área de la naturaleza y el ambiente. Se podría definir pues, como el proceso de enseñanza de valores para la concienciación de protección al medio hambiente
Por lo que, los valores ambientales, deben aportar herramientas que hagan énfasis en la obtención de nuevas maneras de re ubicación del saber de todos los actores sociales, en la que la acción que ablande la conciencia de los seres humanos abarque no solo su cotidianidad a lo más próximo en su entorno de vida, sino hasta lo más lejano, que se contemple y se acepte al mundo en una escala global y que la participación e intervención del hombre sobre la naturaleza y el ambiente se entienda y reflexione de forma global.

La comprensión del ser humano desde los aspectos de conservación, mantenimiento y protección para con cada acto que afecte al medio ambiente es determinante por consiguiente dentro de estos valores. Acciones comunes y simples como no botar desperdicios en la calle, aliviaría de forma considerable el impacto que de hacer lo contrario causa al ambiente, pues supondría un ahorro a diferentes escalas, se invertiría menos en el mantenimiento y limpieza por desperdicios, se gastaría menos energía humana y de maquinaria operada destinada para dicha limpieza, cabe destacar que muchas de estas maquinarias empleadas para limpiar desperdicios aparte de consumir energía, suelen emanar contaminación colateral mientras son operadas para cumplir con una función que podría ser menor si todos conocieran más acerca de los valores ambientales.
En un punto un poco menos simple que el hecho de dejar los desperdicios no en la calle sino en el lugar destinado para ellos, sería el involucrar la cultura de reciclaje como parte activa dentro de estos valores, pues básicamente todo podría ser reciclado y reutilizado, generando un cambio descomunal sobre la contribución para con el ambiente. El ser más consientes con lo que respecta al consumo innecesario también estaría dentro de estos valores, en una era en donde el consumismo masivo se ha instaurado con tanta fuerza, el ambiente del cual se extraen los recursos se encuentra cada vez más afectado



 El desarrollo sostenible


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Se puede llamar desarrollo sostenible, aquél desarrollo que es capaz de satisfacer las necesidades actuales sin comprometer los recursos y posibilidades de las futuras generaciones. Instintivamente una actividad sostenible es aquélla que se puede conservar. Por ejemplo, cortar árboles de un bosque asegurando la repoblación es una actividad sostenible. Por contra, consumir petróleo no es sostenible con los conocimientos actuales, ya que no se conoce ningún sistema para crear petróleo a partir de la biomasa. Hoy estar al corriente que una buena parte de las actividades humanas no son sostenibles a medio y largo plazo tal y como hoy está planteado.

Características de un desarrollo sostenible.
Las características que debe reunir un desarrollo para que lo podamos considerar sostenible son:
• Promueve la autosuficiencia regional
• Reconoce la importancia de la naturaleza para el bienestar humano
• Asegura que la actividad económica mejore la calidad de vida de todos, no sólo de unos pocos selectos.
• Usa los recursos eficientemente.
• Promueve el máximo de reciclaje y reutilización.
• Busca la manera de que la actividad económica mantenga o mejore el sistema ambiental.
• Pone su confianza en el desarrollo e implantación de tecnologías limpias.
• Restaura los ecosistemas dañados.




En los actuales años, la palabra “desarrollo sostenible” ha tomado una gran notabilidad en el lenguaje político, económico y social a nivel global. En palabras simples, el desarrollo sostenible se refiere a un prototipo de desarrollo que utilice los recursos disponibles en el presente, sin comprometer su existencia en el futuro.
El crecimiento demográfico mundial ha crecido exponencialmente y su ritmo parece no detenerse, especialmente en los países en vías de desarrollo. De igual manera, los estándares de consumo de estas poblaciones se incrementan, demandando cada vez un mayor número de bienes que en última solicitud provienen de los recursos naturales.
A esta presión sobre los recursos naturales, se suma el impacto que producen sobre el medio ambiente los procesos agrícolas e industriales. En muchos casos, las malas prácticas en los procesos generan un deterioro de recursos vitales como el agua, los bosques y la tierra, los cuales se renuevan a un ritmo más lento del que son explotados. Todo ello tiene un impacto en el ser humano y las medidas deben ser tomadas para afrontarlo de la mejor manera posible. Es aquí donde el concepto de desarrollo sostenible debe pasar de la teoría a la práctica.
Sin embargo, por ser éste un inconveniente de magnitud global, no puede ser afrontado individualmente por los países, las políticas públicas que se implementen deben hallarse coordinadas multilateralmente, en este sentido, es significativo que se genere un liderazgo internacional de algún país o región.
La importancia del desarrollo sostenible radica en que este consiste en velar por el mejoramiento de la calidad de vida en toda actividad humana, utilizando para esto solamente lo necesario de los recursos naturales.


COMO TRATAR LOS EQUIPOS TECNOLÓGICOS OBSOLETOS?


Cada año se desechan en nuestro país más de 300 mil toneladas de basura tecnológica, produciendo contaminantes que pueden dañar nuestra salud. Descubre qué hacer con estos residuos y ¡ponte las pilas!

Recuerdas tu primera computadora? ¿Tu primer celular? ¿La televisión con la que creciste en casa de tus papás? Tu abuela tiene razón: ya no hacen las cosas como antes. Los celulares se vuelven obsoletos en un parpadeo, las computadoras dejan de ser veloces al cabo de un par de instalaciones y los gadgets parecen tener una vigencia máxima de apenas unos cuantos meses. Adquirir y desechar tecnología se ha convertido en todo un nuevo estilo de vida; sin embargo, ¿te has preguntado que consecuencias trae?

Cada año se desechan en nuestro país más de 300 mil toneladas de basura tecnológica, conformada principalmente por aparatos electrodomésticos y electrónicos. Una modesta cifra que se estima mucho mayor, ya que sólo se contabilizan los residuos que se tiran a la basura y no aquellos que se mantienen almacenados en casa, oficinas o escuelas.
Países como Pakistán, China, India. Ghana y Nigeria son algunos de los más afectados por el e-waste; a tal grado que los deciles más pobres de su población han encontrado en el “reciclaje clandestino” de residuos electrónicos un verdadero medio de vida que, por desgracia, conlleva un alto costo ambiental y de salud pública.
Si se piensa en la gran cantidad de componentes con los que están elaborados estos aparatos, es fácil caer en cuenta de que el verdadero problema radica en las sustancias -muchas de ellas tóxicas- que desprenden estos residuos. Un ejemplo claro son los metales pesados como mercurio, plomo, cadmio, níquel, selenio, arsénico, cramo y bramo que contienen la mayoría de los aparatos que nos rodean y que, de no ser debidamente desechados, se convierten en un riesgo para la salud y el ambiente.
Los contaminantes que acompañan a los residuos tecnológicos se pueden clasificar en:
. Gases policlorados: son provocados por la combustión de plásticos y hules que comúnmente aíslan los cables eléctricos.
. Polibrornados: son compuestos retardantes de la flama, empleados en los plásticos que están expuestos a condiciones de tlamabilidad (cancerígenos y neurotóxicos).
. Penoles, dioxinas, furanos y CO2: son gases altamente tóxicos que se generan con la combustión de los plásticos empleados en la mayoría de los componentes electrónicos.
Algunos de estos materiales son regulados por el Convenio de Estocolmo sobre Compuestos Orgánicos Persístentes (COP).Se trata de productos químicos que poseen ciertas propiedades tóxicas y que, al contrario de otros contaminantes, son resistentes a la degradación. Dichos COP son especialmente dañinos para la salud humana y el medioambiente, pues se acumulan en plantas, animales, suelo y mantos acuíferos, además de poder ser transportados por el aire, el agua y las especies migratorias. La contaminación ocasionada por los COP es un problema mundial que ha demandado tomar medidas necesarias para eliminar su producción.
Aunque en México ya contamos con legislación en la materia, aún nos queda un largo camino por recorrer. Para ello, debemos ponernos de acuerdo fabricantes, distribuidores, publicistas y consumidores sobre la mejor manera de disponer nuestros residuos electrónicos. A final de cuentas, lo importante es asumir nuestra responsabilidad como sociedad y como consumidores sobre qué debemos hacer con ellos cuando ya no nos son útiles.
Tres “R”
Aunque el reciclaje es una estrategia importante para contrarrestar el problema, no es la panacea. Existen otras acciones que debemos implementar en nuestro día a día para cambiar el rumbo de la situación y asumirnos como consumidores inteligentes, conscientes de que las decisiones de consumo que tomemos tendrán un impacto positivo o negativo en nuestra salud, en la de muchas otras personas y en el medio ambiente.
REDUCE
¿Es estrictamente necesario comprar un aparato nuevo? Disminuir nuestro consumo es una de las acciones más urgentes. Preguntarnos si es necesario, si es la mejor opción o si no existe una alternativa es una forma de ponernos un freno.
Otra es recapacitar acerca de si estamos sacándole el máximo provecho a nuestras inversiones; es decir,si conocemos todas las características con que cuenta, si lo utilizamos de acuerdo con las recomendaciones del fabricante para alargar su vida útil o si leímos el instructivo antes de utilizarlo por primera vez. Si recapacitas puedes llegar a la conclusión de que no necesitas nuevos equipos, sino utilizarlos a completitud.
REUTILIZA
Si por necesidad debes cambiar algún equipo electrónico por uno nuevo, evalúa qué tan funcional continúa siendo; piensa que quizá existan otras personas con una menor demanda de funciones o desempeño de ese aparato. Un equipo cuyo poder de cómputo te “quede chico” puede serie útil a tus sobrinos que apenas cursan la primaria o a tu mamá, que la utiliza para entrar a Internet. Regálala, véndela o intercámbiala por otros articulas. Otra forma es mandar a reparar los articulas en vez de sustituírlos. Aunque existen productos que es más barato comprar que arreglar, hay otros que todavía pueden dar batalla.
RECICLA
En los últimos años se han impulsado camparías de acopio de residuos electrónicos en distintas entidades del país. Su objetivo es llevar la mayor cantidad posible de residuos a centros donde, tras desmantelarlos, se aprovechen sus componentes. Estos son algunos aparatos susceptibles de participar:
* Computadoras y laptops
* Teléfonos celulares y fijos
* Monitores, ratones y teclados
* Impresoras
* Discos duros
* Fuentes de poder y reguladores
* Consolas de videojuegos
* Cables y cargadores
* Reproductores de música y video
* Televisores


Además de las campañas gubernamentales o de la sociedad civil, existen otras alternativas. Por ejemplo, en algunos centros comerciales y supermercados existen depósitos para pilas y residuos electrónicos; también, algunos comercios ofrecen a cambio de tus aparatos viejos. un bono o descuento para adquirir un modelo más reciente.
Otra opción es acudir con los particulares que compran “chatarra”, La Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) cuenta con un directorio de centros de acopio de residuos en todo el país .

2 comentarios:

  1. todos mis compañeros están contentos, pero el docente nos sugiere que enganchemos con algún tema vinculado con la tecnología computacional

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